Cuando la histórica palabra duelo pasa a ser fiesta con recogimiento... los recuerdos se asan en la barbacoa donde las lágrimas son la salsa que permite engullir la perdida.

Tantas formas de morirse, mis animados oyentes...de amor, inanición, tristeza, susto,  truco o trato  anglosajón... o cuando nos toque... uf ...
Uh Uh Uh... entraba por la ventana, el viento que acaricia el olvido,  mientras la cortina rebailaba una seguidilla en la fría noche de finaos.

Un rancho de ánimas en el desolado patio recargado de crisantemos, ambientador a castañas asadas que desaparecen por los esófagos flotando en rancios vinos de nuestra agradecida tierra canaria.

Quién se acuerda de jugar a la perinola mientras la muerte salta y salta, porque es su noche de puesta de largo mientras son los niños los que juegan, qué triste perdida la talega por la calabaza importada pidiendo por las casas, porque el irnos es la lotería segura para los vivos.

Las abuelas con sus delantales, pañuelos negros, preparando el gourmet de la noche de finaos, el amigo Alonso Quesada con su artículo "Finaos": cuando la Europa de siempre aterrizó por Ciudad Jardín.
Juegan al escondite los personajes de la Umbría en el Valle de Agaete, en la roja casa de la finca Las Longueras.

Igual es que nacemos otra vez,  para dejar que la lividez tarde en ingresar en nuestras facciones, porque no hay duelos a veces sin risas, es una forma de engañarnos como Walt Disney quiso congelar su imagen  para seguir vivito y coleando.

La peor fiesta es el olvido porque polvo somos y... todas esas personas anónimas que se han entregado por esta tierra canaria, por la libertad de credo, los que nunca vieron la bandera arco iris,  y nadie saben dónde reposan sus restos, Oh, Jinamar en el recuerdo.

El respeto por los muertos entre generaciones, túmulos, pirámides, malpaises,  hasta llegar a esas urbanizaciones llamadas cementerios donde como colmenas reposamos según el piso donde te haya tocado, tranquilo el vecino de arriba lo menos que hará es ruido, tampoco hay largas reuniones de comunidades, el único acuerdo por unanimidad es descansar en paz, dice la historia.

Suena la canción,  la muerte viaja en ambulancias blancas, mejor es nuestra sombra desde que llegamos, frente al redondo negocio de la muerte, como estampillas de la vida hasta que escriben nuestra esquela porque esqueletos seremos de 205 huesos, y nos los comemos en estas fechas, huesos de santos, sin perder nunca por cierto de vista en el camino el hueso de la alegría de haber vivido.
Terminamos en un rectángulo, en una esquina de un periódico, al final del todo después de los sucesos, que tal vez, sea la cama de algún pájaro canario y ya saben el resto.

Como quedó en el fondo del viejo sartén reutilizado por generaciones, aquella ceniza del alimento de la fiesta, sirvió para que con el dedo índice de la mano más siniestra el niño escribiera en la pared RIP , mientras un anciano decidió hacer un graffiti dibujando un corazón, ven todo es cuestión de tiempo...

Que mal compartido el mundo... así que disfruten de la noche oscura del alma, los ocasos del sol y acaso mejor de los pequeños momentos revividos.

Los contrarios son el juego de mesa de esta noche, piénsenselo.

No se den ninguna 

🌰

 castaña...

... Ánimo,  son las ánimas, ánimo, amigos.
Es la última fiesta del año.

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