Puntos y rayas frecuentan nuestra vida. Pero no siempre, como dice la canción, creados para forzar diferencias entre los pueblos. A mi modo de ver, la metáfora va más allá y nos podemos preguntar: 

¿Es un punto el comienzo de una historia? 

¿Una raya es  límite o camino señalado?

Subida sobre el punto diviso la raya del horizonte por donde se van y vienen tantas esperanzas y decepciones.

En el punto me apoyo para dar fin  a algo que deseo despedir, o tal vez en ocasiones  es una inflexión en nuestro camino, un stop en el que me asomo para vislumbrar algo nuevo. 

También la raya puede  ser el camino al objetivo marcado que nos hace limitar  nuestras expectativas. O la soga a la que nos sujetamos para seguir nuestros impulsos.

En todas estas reflexiones andaba, mientras escuchaba cantar a Mercedes Sosa, cuando se presentan ante mí el punto y la raya, él determinado y conciso y ella amplia, extendida y segura.

Me retiro a un lado, pues me quedé perpleja ante la imagen y me quedo observando. Están uno frente a la otra; yo creo que dispuestos a dialogar, discutir o que sé yo.  

Nos conocemos de algo, señor? Preguntó la raya.

A lo que contestó el punto: No sé si usted me conoce, pero yo a usted sí. Me gusta su sencilla belleza, su rectilínea conducta y actitud en las diversas situaciones de la vida, siempre dando significado a los momentos que acontecen.

 Ella le respondió un poco asombrada:

Pues ahora que lo pienso, en algún momento que lo vi actuar pensé que usted era muy parecido a mí, salvando el físico. Somos capaces de unir y separar situaciones, de terminar con momentos para empezar otros. Aun así, es usted más drástico en sus actuaciones. Es así y punto.

Él, frunciendo el ceño, le contestó: 

Me está tratando de cuadriculado y no sé si se ha dado cuenta de que soy un redondeado punto. Pues sepa señorita, que trataba de ser galante con usted, pero veo que su petulancia es manifiesta. Quiero que sepa que me equiparo con el redondo sol, los planetas y  las estrellas. No soy un cualquiera. También formo parte de los libros y de cualquier forma de escritura, poniendo orden entre las palabras y dando sentido a las frases. 

Ella un poco molesta le contestó:

Pues le informo que yo asimismo me identifico con el horizonte, esa línea que aparentemente une el cielo y la tierra. También formo parte de los mapas ordenando y estructurando sus contenidos. Y soy parte de pinturas importantes, de cuadros famosos donde me codeo con bellos colores.

Ehhhh jovencita!! -.repuso el punto abriendo sus redondos ojos-. No se sienta ofendida, pues no he hecho sino halagarla. Lo único que saco en conclusión, después de esta conversación, es que cada uno tiene su cometido e importancia, así que mejor dejamos esto para otra ocasión.

Ambos se dieron la espalda y se fueron alejando; el punto en dirección al sol que estaba observando la escena, asomándose a  lo lejos y ella corrió hacia el horizonte confundiéndose con él. 

En ese momento un rayo de sol me deslumbró y volví de mi ensimismamiento. 

Me asomé a la ventana viendo a la raya fundirse con el horizonte y contemplé el sol que acababa de saludar al amanecer. 

De la cocina llegaba olor a pan recién hecho.

Esta canción llamada Punto y raya surge de un poema emblemático de la poesía social de mediados del siglo XX, escrito en 1969 por Aníbal Nazoa, periodista, poeta y humorista venezolano, al que le puso música la conocida cantante hispanoamericana Mercedes Sosa que también la interpretó bellamente.

En YouTube tenéis el link para escuchar la canción

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