El pasado miércoles 8 de octubre de 2025, la sala Óscar Domínguez de la Casa de la Cultura de Tacoronte acogió el segundo encuentro de este año de los Talleres Literarios de ACTE Canarias.
El taller anfitrión, Entreversos, recibió a los miembros de Hiperbólica Letra y Alisios de Verso y Prosa, ambos procedentes de Candelaria, en una cita marcada por la palabra “añil”, que sirvió como punto de partida para un reto creativo compartido por los distintos grupos participantes.
Durante la tarde, se sucedieron lecturas que exploraron las múltiples resonancias de "añil": desde lo narrativo a lo poético, desde lo íntimo a lo simbólico, desde lo contemplativo a la memoria de las costumbres tradicionales canarias, desde la naturaleza a la realidad más cruel. Una sola palabra, mil posibilidades.
La magia de la literatura trascendió el papel y se convirtió en animada tertulia y en celebración sellada con un brindis con vino de Tacoronte cortesía del Ayuntamiento. La jornada culminó en una tasca local, donde los sabores de la tierra pusieron el broche de cálido hermanamiento a una tarde inolvidable.
¡Que nunca falten las palabras ni las ganas de seguir encontrándonos!
AUTORA: Coro Alberto Cáceres
AÑIL: Haikus
Un manto añil
de libélulas danza
en el estanque.
Azules alas
sutiles y ligeras
revolotean.
Reflejos raudos,
sombras del jiquilete,
zascandilean.
AUTORA: Mary Luz Alvarado
AÑIL: Pajarito pinto
Iba Bella por el monte
entre pinos y alegría
respirando el aire fresco
que su pecho agradecía.
Se sentía allí la paz,
la calma la sorprendía
y una minúscula brisa
su pelo libre movía.
Sorteando las pinochas,
bajo un pino se sentó.
La piel estaba bañada
por la clara luz del sol.
Y cerró los dulces ojos
para abrazar el sonido
que como un vago recuerdo
llegaba hasta sus oídos
Era un piar envolvente
que a su alma enternecía,
diferente era el piar
que a la moza conmovía
Aquel arrullo excelente
que ahora tarareaba,
era la nana tan tierna
que su madre le cantaba.
Lindo pajarito pinto,
pinto de color añil,
canta y canta que esta niña
ya se quiere ir a dormir
Obediente, el herrerillo
a su lado susurró
aquel gorjeo latente
y Bella,feliz, se durmió.
AUTORA: Carmensa León
AÑIL
De tierra y agua andamos la infancia
intuidos en las faldas de madres lavanderas,
que blanquean ropajes de labor en los regatos
sin saber de buena tinta tus secretos.
Atrevimiento del cultivo que cambia en patria,
traes el color oxigenado de leyenda;
mensajera sagrada, índigo de Oriente,
que sedimenta, mezcla y transfigura.
Te ofreces polvo, desvestida de hojas y flores,
climática, adaptada por un poder venerable.
Se difunden tus recursos otorgados del suelo
por la potestad del manto herbáceo en semisombra.
Ocelo de sangre añil, luz de amanecida,
clareas el camino ancho desde tu vaina arqueada
y desde tu tallo recto fundas hacia lo divino.
Tercer ojo, ventana de la naturaleza.
AUTORA: Helena Herrera
AÑIL
En el inmenso espacio se agranda
profundo el añil, donde las nubes
andan lentas, mansas, sin velo.
El mar lo recibe y lo hace suyo
en medio del agua y la espuma,
que se desliza por la arena un instante.
Color que es canto y es silencio
se funde índigo en el horizonte
y no es llanto ni pena, solo paz.
Es la historia de la senda del aire
violeta y azul que incendian el misterio
color de la fe, del mito y del amor.
AUTOR: David Minguillón
AÑIL: Décima
dos días tardé en volar
en vislumbrar el añil
ya se olía el mes de abril
cuando te comencé a amar
mirada eterna y el mar
hoy dejamos el ayer
y veo tus alas crecer
quiero pensar que son mías
yo escribí esas melodías
que otras manos ven tañer
AUTORA: Ángeles Hernández Cruz
AÑIL
Como cada mañana
la estampida de voces arrasa las tiendas
apremiando a los niños,
asustando a mi madre,
reteniendo el espanto.
Cae la lluvia de caballos desbocados
sobre las colas del hambre,
sobre las trampas de sed,
y va dejando a su paso
un reguero de espaldas humilladas
y un torrente de ojos tiernos
aún por someter.
Todo el campo se llena de agujeros
y sin embargo,
ningún hueco me sirve de refugio
para poner a salvo el vestido
azul añil de mi inocencia.
AUTOR: Jesús Abreu
AÑIL
Postrada en la cama,
delgado su cuerpo parece que flotara.
Conectada a transparentes vías plásticas
incorpora o excreta fluidos entre gráficas,
pitidos verde-esmeralda y soplos rítmicos
arriesgados, que insuflan aire
hasta sus roncos bronquios;
creando un equilibrio entre límites.
Ahora, este es el mensaje más fiable
de una existencia,
de que aún hay un ser
por estar ahí.
Una entidad que asoma en el azul añil de sus venas,
bajo la levedad de la piel de la frente,
las clavículas y las costillas, las manos,
las uñas y rodillas, los tobillos y pies.
Una vida artificial, que ya no es de ella.
Una vida a traición, apestosa, rancia.
Una vida cara al público, mística.
Una vida estéril, comprimida.
Una dilatación del final, al final.
AUTORA: Karmen Peraza
AÑIL
Las sábanas de mi abuela
habían surcado mares entre tempestades
transportando en su interior
azúcar de caña.
Las pastillas mágicas azules
junto a los rayos solares las blanquearon
y sobre el colchón de fajina
me abrazaron dulces sueños.
La cocina, con su mesita
cubierta por un mantel impoluto
bordado a punto de cruz,
olía a mango, piña, guayaba …
El camisón inmaculado de mi tía,
con calados y encajes de bolillo,
hacía que pareciese
una santiguadora cubana.
¿Y qué decir de mi tío, que llevaba
calzoncillos blancos como el armiño
y las mozas al verle pasar
suspiraban al son
de sus movimientos sensuales?
Machete, sangre y sudor endulzaron los hogares.
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