Navegando por la Red me encontré con la sorprendente historia detrás de la etiqueta de la famosa bebida de Anís del Mono y su relación con el científico naturalista Charles Darwin.
Todos conocemos la afamada marca de anís “Anís del Mono”. Su fábrica estaba y está ubicada en la localidad de Badalona. Fue fundada en 1870 por los hermanos Bosch y Grau, y su famosa bebida llegó a ser uno de los más importantes de España por su volumen de ventas. Además, su producción de fórmula artesanal lo convirtió en uno de los anises más populares del mundo.
La exportación de aguardientes fue una de las actividades clave del renacimiento catalán de los siglos XVIII y XIX y así fueron muchos los licores y anisados que se elaboraron en muchas localidades catalanas.
Este anís es reconocido por todos, en gran medida, por su etiqueta donde aparece la figura del mono que da nombre a la marca y cuyo rostro, al parecer, es la del prestigioso naturalista inglés y reconocido científico, Charles Darwin, que ha pasado a la historia por sus teorías sobre la evolución biológica representadas en su obra “El origen de las especies” publicada en 1859.
La controversia generada tras la publicación de la obra de Darwin se extendió por todo el mundo, no sólo en el ámbito científico, sino también a pie de calle. Creacionistas y darwinistas se enzarzaron en duras batallas dialécticas.
Las razones por las que los hermanos Bosch decidieron colocar la imagen con cuerpo de mono en la etiqueta de su anís no están claras del todo. Hay quienes opinan que no fue más que un intento de ridiculizar al científico, el primero que se atrevió a decir que el hombre y el mono tenían un antepasado común (que se simplificaba diciendo que el hombre descendía del mono), aprovechando el agrio debate sobre sus ideas del siglo XIX.
Corroboraría esta teoría el que, al parecer, los hermanos Vicente y José Bosch, los dueños de la fábrica, no eran partidarios de la teoría evolutiva de las especies, por lo que emplearon la etiqueta de la botella de anís para caricaturizar tanto a Darwin como a sus polémicas teorías.
A partir de la publicación de la obra de Darwin se multiplicaron las caricaturas del afamado naturalista, entre ellas, la aparecida en la revista Hornet, en 1871, en la que aparece ridiculizado con el cuerpo de un chimpancé.
Sin embargo, otros defienden que los Bosch utilizaron en beneficio propio el debate para publicitar su marca como “la más evolucionada”, de hecho, el mono de la etiqueta sostiene un pergamino en el que se puede leer: ”Es el mejor. La ciencia lo dijo y yo no miento“.
También existe una tercera versión en la que se dice que el dibujo de un mono en la etiqueta de la botella de anís se debía a que en la fábrica de los hermanos Bosch había una mascota que no era otra que un pequeño mono traído de América, ya que la familia propietaria tenía negocios allí, por lo que se supone que en alguno de los viajes se lo trajeron. El animal se hizo muy popular, ya que las gentes iban a verle con la expresión “donde el anís del mono”, y de esa anécdota vendría el nombre del famoso anís.
Es cierto que, aunque al principio el mono utilizado en la etiqueta no tenía ningún rasgo que fuera considerado caricaturesco, la imagen por la que al final optó tenía un parecido asombroso con el científico inglés. Se dice que fue añadida posteriormente por el grabador Salas, que era suegro de uno de los propietarios de la fábrica.
En 1898 fue elegido el primer cartel de las botellas de esta famosa bebida espirituosa, en un concurso convocado por Vicente Bosch y que fue realizado por el pintor modernista Ramón Casas, resultando ganador. En 1913 logró que Anís del Mono tuviera un cartel luminoso en la Puerta del Sol; y en los años posteriores, contempló con orgullo como pintores de la talla de Juan Gris o Picasso se inspiraran en su marca para algunas de sus obras. Décadas después, su popularidad alcanzó la gran pantalla en películas como Donnie Brasco, junto a Johnnie Deep y, tiempo después, en la galardonada premio Goya No habrá paz para los malvados.
Por tanto, todo parece indicar que la imagen de Charles Darwin se muestra, desde hace más de un siglo, en las etiquetas de las botellas de Anís del Mono, lo que en el presente se puede considerar más un homenaje que burla hacia la figura del ilustre científico.
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