“A mi eterno niño amigo, a mi propia esencia”
Fuerza viva en tu interior llevas.
Eres León fiero, por la fuerza que demuestras,
pero eres también volador murciélago
por cómo observas al mundo que te rodea,
por cómo surcas el cielo inmenso cazando ideas,
creatividad, ingenio y belleza.
Cada noche buscas sueños, y EL AMOR
en tu imaginación moldeas.
Como roca de fuego tu corazón me eleva,
haciendo que un alado ángel en tu camino
una estrella pusiera.
Oro y diamante en tu mirada reflejas
proyectada eternidad encarnada en una bella esfera.
Sintiendo la voz del tiempo en ese eterno niño amigo tuyo
cuya acción, tu radiante cuerpo expresa.
Cincela las manos del cosmos a un noble cedro
pues modelado tu cuerpo está con la más bella y noble madera,
añadiendo a tu vida
una vibración nueva,
proyectando la risa que enamora a la tierra,
marcando tus pasos que dejarán profundas sendas,
sintiendo el camino de ahora como la vida eterna y que, en un recodo del cielo,
un día marcaste tu destino
diseñando con profundidad tu vereda,
grabando en tu esencia unas sentidas y luminosas palabras.
Dibujaste en tu cara una sonrisa agradable y siempre nueva.
Esos grabados y luminosos pasos
se unieron en el camino a tus huellas, grabando,
para ser leídas y escuchadas,
tus miles y liberadoras letras,
convirtiéndote en voz para el mundo,
voz que vibra con la expansiva frecuencia
para ser una voz de vida compartida,
una voz de agua amorosa y tierna,
una gota de voz que busca abrir todas tus puertas,
palabras que acarician conciencias
de esta humanidad que se encuentra
en una gigantesca Sala de Espera.
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