Carlos Castilla
Carlos Castilla Gutiérrez

El invierno llegó tardío con disfraz de primavera, para vencer al fin a la cruel sequía,
esqueletos de madera adornan el camino, sacrificio casi en vano de héroes mudos
primavera lluviosa, salvadora de vida, que diste de beber a la tierra sedienta,
aves fénix vegetales resucitan, pasó el tiempo de sus flores, habrá más primaveras
pero florecen las hierbas que todo reverdecen y el campo pintan de colores cuál bello
jardín.

¿Por qué hablan de mal tiempo?, ¡nunca lo entenderé!
¿mal tiempo es sol en el desierto?, ¿mal tiempo es nieve en el Ártico?
Será por rara tradición, será porque al turismo molesta
o es que ya no hay campesinos que por el agua imploren.

Para mí llegó el buen tiempo, el de la lluvia anhelada,
lluvia que no es sólo agua, lluvia que no es sólo riego,
es una bella energía que baja desde el cielo, que la tierra agradece con su belleza y color,
que alegra nuestras almas como divino pintor. Y los refranes aciertan de nuevo:
“lo que cae del cielo no hace daño”
“nunca llueve a gusto de todos”
Hijo de la madre tierra, ¡estoy muy a gusto!

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