Roberto Clemente Suárez Mendoza
Roberto Clemente Suárez Mendoza

A D. Benito Pérez Galdós.


¡Misericordia... misericordia, Cómpreme un décimo...! Gritaba una Señora por la Calle Cano en Triana.

Nadie sabía quién era...

Se le unieron otras 2 mujeres, de aspecto antónimo, preguntaban por un tal D. Benito que dicen era de Gran Canaria

Sus ropas son de otra época, lo que hace el Carnaval, señoras y señores.

Dicen que cambió su destino de derecho a escritor, eso que da la capital del reino, solo quebraderos de cabeza, o por cambiar del Realismo al puro Naturalismo, encima español. Lo que influye la buena y pausada lectura del libro La Taberna, le marcó.

El cambiarse de carril nos vino a todos bien.

Biólogo de la observación, disecciono a la sociedad española de su época tomando notas microscópicas del comportamiento, digamos retratos hechos a escala personal, ¿no creen?

Comenzó su andadura con la Fontana de Oro y le tradujo a los franceses los cuentos de Charles Dickens.

Atrevido D. Benito con sus episodios nacionales, 29 años dan para mucho, 46 relatos, qué pena no encontrar a nadie que se haya atrevido a seguirle, la situación actual daría para muchas Quijotadas y personajes mil.

Comenzó con Trafalgar y terminó con Cánovas del Castillo.

La Historia actual de Hispania la retrataría bien, mejor no darle trabajo y pensar que todo lo que ocurre tiene un solo apellido para vivir tranquilos, escepticismo.
Fuerte menú actual, mezclar personajes digamos estoicos con la vida cotidiana del españolito de a pie.

Con su cambio de sentido primero escribió La Desheredada.

Acertó con Fortunata y Jacinta, dicen que esta obra literaria persigue al Quijote en el ranking de lo bien hecho, eso que no se vuelve a repetir.

Obra cinéfila, mezclando los personajes con los ambientadores decorativos de Madrid y la vida española de supervivencia vil, el que tiene, no tiene y el que dice que tiene. Acertaba hasta en elegir los nombres... Doña Perfecta, con apellido anticlerical.

Con su escritura dramática durante 20 años no acertó, hasta que llegó su obra de teatro Electra.

Romancero tuvo, pero nunca se llegó a casar, por ejemplo con Emilia Pardo Bazán.

Sin embargo hunde su flota como el Titanic nos abandona en 1912. Imagínate un entierro de aquella época con 20.000 madrileños que dicen siguieron su féretro.

Cosas lastimosas de ser español, perdió también el Nobel por su matrícula a liberal.

Viviendo los últimos años en condiciones insociables después de escribir tantos episodios nacionales.

Dicen que se sentó en el sillón de la N, también comenzó con las historias de la historia desde la independencia francesa hasta la restauración borbónica artrosis política española que seguimos padeciendo hoy. La corona nos persigue hasta en el roscón de Reyes.

Por hablar... hablar,  hay quien diga que se limpió sus zapatos para limpiar las huellas de la tierra canaria que prefería decir que era de la capital.

Realismo o Naturalismo, no hay quien le quite todo lo que nos quiso contar, porque mira que seguimos igual.

Llega la policía canaria a la Calle Cano, identifican por su nombre de pila, según gritan, porque no llevan el carnet de identidad a tres mujeres que se llaman Benina, Fortunata y Jacinta. Una cuarta estaba sentada en la puerta de la Catedral de Santa Ana dicen que al preguntarle -con alevosía- dijo soy Doña Perfecta...

Nada un episodio insular más.

Todo se lo debemos a los buenos retratos que dejó por escrito D. Benito Pérez Galdós de todos sus personajes.

Suerte que fuera el décimo... nos tocó un canario universal escribiendo.


ROCLESUMEN FM64

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