José Vidal
José Vidal Bolaños

ENTREVISTA:

Tu caricatura exagera un poco algunos rasgos. ¿Cómo te ves en este retrato?

Tan delgada como me gustaría estar. Ja, ja, ja.

Si tu carrera o trayectoria, fuera una historieta, ¿cuál sería el título del primer capítulo?

Buscando mi norte.

Hablemos de tu día a día. ¿Cómo es una jornada típica en tu vida?

¡Uf! Complicada esta pregunta porque mis días suelen ser todos diferentes, lo único que se repite siempre es mi trabajo por la cultura de las islas.

Seguro que en tu camino has tenido momentos difíciles. ¿Alguna anécdota que te haya marcado y de la que aprendiste algo valioso?

Quizá mi paso por diferentes colectivos de los que he aprendido lo que no deseo hacer con mi vida. No es sencillo lidiar día a día con tantas personas tan diferentes en su forma de pensar y de actuar.

A nivel personal he aprendido de golpe muchas cosas, debido a las luchas con enfermedades indeseadas.

Para aquellos que te admiran o siguen tu trabajo, ¿qué consejo les darías?

Que no pierdan nunca su norte personal, y que luchen por todo aquello en lo que crean y amen, la vida es muy valiosa para malgastarla trabajando en algo que no nos haga felices.

¿Cuál es el hábito más extraño que has desarrollado como escritora?

La potenciación de mi capacidad de absorber inconscientemente todo lo que acontece en mi entorno cercano, para volcarlo luego en un trabajo literario.

Si tuvieras que elegir un objeto doméstico que represente tu estilo narrativo, ¿cuál sería y por qué?

Un reloj de pared, porque marca mis tiempos y me recuerda que cada minuto que pasa es uno menos que me queda para inventarme una historia y ponerla por escrito.

Si tus bloqueos creativos tuvieran forma física, ¿qué aspecto tendrían?

¡Dios! No tengo ni idea de lo que es un bloqueo creativo. A Dios gracias. Si lo tuviera supongo que adoptaría forma de enfermedad y… no quiero ni pensar en eso.

¿Qué personaje literario famoso sería el peor compañero de piso para ti y por qué?

Cualquier otro escritor o escritora. Nos pasaríamos la vida sin hablarnos concentrados en nuestras creaciones o, de hacerlo, sería para dar vueltas en torno a la literatura continuamente. Sería una convivencia bastante aburrida, pienso yo.

¿Cuál es la pregunta que siempre has querido que te hagan en una entrevista, pero nadie se ha atrevido?

¿Por qué motivo no has tirado todavía la toalla en tu activismo cultural?

Y te la responderé. Porque existo aún en este planeta con un único objetivo, ayudar a los demás, en lo que esté a mi alcance, a divulgar su trabajo.

¿Qué personaje histórico sería el peor crítico de tu obra y qué diría exactamente?

Cualquiera de los denominados “importantes” a través de la historia. Dirían que solo soy una intrusa en su mundo literario.

Si tus personajes organizaran una fiesta sorpresa para ti, ¿cómo sería el desastre?

Pues seguramente la organizarían en Brandan, y allí se reunirían los que pulularon por las páginas de ese Sueños de pescador, las decenas de protagonistas de mis relatos, muchos folcloristas, los animalitos de ese Cumpleaños de la princesa, y los “musos” que inspiraron mis poemas.

El desastre sería que para poder llegar a la fiesta tendrían que leerse todos Brandan, si quieren saber llegar al punto de encuentro.

Si tu proceso de escritura fuera un videojuego, ¿qué niveles tendría y cuál sería la prueba final?

Soy una viciosa de los videojuegos. Iría siempre a por el siguiente nivel sin dudarlo, aunque ello me obligase a salir de mi zona de confort. De la prueba final mejor ni hablamos porque no estaré allí para contártelo.

¿Qué habilidad completamente inútil has desarrollado gracias a tu carrera como escritora?

La de hacer listas con todo. Algo que, en principio, parece muy útil, pero la mayoría de las veces no sirve para nada porque ni las vuelves a repasar.

¿Qué tres libros llevarías a una isla desierta si supieras que serán traducidos e interpretados por delfines?

Sueños de pescador, Brandan y Moby Dick.

Si tus correcciones y borradores pudieran hablar, ¿qué secretos vergonzosos revelarían sobre ti?

Lo ajados que los dejo después de pasar por ellos miles de veces.

¿Qué capítulo de tu vida omitirías completamente si fueras el protagonista de una novela?

¡Ninguno! Todos y cada uno han ido conformando la persona que soy ahora.

¿Qué consejo para escritores darías si tuvieras que hablar exclusivamente como un personaje de telenovela?

Pues mira pendejo, mientras los narcos no se metan contigo, tú dale caña al teclado hasta que te duelan los dátiles.

Si tus lectores formaran un culto basado en tus libros, ¿qué rituales absurdos realizarían y qué objetos venerarían?

Aprenderían a bucear para descubrir el mundo de Sueños de pescador.

Estudiarían todo lo  relativo a la cultura aborigen canaria para poder entender Brandan.

Leerían poemas en los bosques y los mares.

Y solo venerarían un objeto. La figura de un libro que los represente a todos.

¿Qué trabajo o profesión alternativa ejercerían tus personajes principales si se quedaran sin empleo en la trama?

Mis personajes suelen ser muy inteligentes, si algo tendrían claro es que hay que seguir en la lucha y “buscarse los garbanzos” en aquello a lo que puedan acceder y sean capaces de ejercer con dignidad y… ya vendrán tiempos mejores.

Cierre con chispa: Si fueras un personaje de una tira cómica, ¿cómo te llamarías y cuál sería tu superpoder?

Me llamaría Adarga, y mi superpoder sería hacer sonreír a la gente triste.

Añadir nuevo comentario