Entrevista exclusiva con Nanky Arutam Tzamarenda Naychapi, artista shuar que pinta con fuego. Por Ana Nayra Gorrín Navarro
En Canarias Literaria celebramos la literatura y la poesía, sí, pero también damos espacio a otras formas de arte que brotan del alma y las raíces. Hoy tenemos el privilegio de conversar con un creador único, un artista que pinta con cubiertos al rojo vivo sobre madera y cuyo arte respira selva, espíritu y resistencia. Nos referimos a D. Nanky Arutam Tzamarenda Naychapi, músico, pintor ecuatoriano y miembro de la nación shuar, quien ha creado una técnica tan original como poderosa.
La entrevista se realizó por videollamada. Nanky apareció sonriente, relajado, sin camiseta, dejando ver sus tatuajes y el rostro pintado con líneas negras simétricas. Me explicó que esas marcas son un símbolo de identidad de su pueblo, una forma de conectar con los espíritus, protegerse y recordar siempre de dónde viene. A sus pies correteaban varios perros. El más energético de todos, Bruno, un mestizo de Rottweiler con labrador, no se separaba de él ni un segundo.
1. Para quien no te conozca, ¿cómo te presentarías en pocas palabras?
Mi nombre es Nanky. Soy de la nación Shuar, al sur de la Amazonía ecuatoriana, en la provincia de Morona Santiago. Nací el 21 de julio de 1990 y tengo 34 años. Vivo completamente conectado con la Naturaleza, y tanto yo como mi familia y pueblo entero nos consideramos guardianes de nuestra Madre Tierra.
2. ¿Cuándo y cómo descubriste tu pasión por el arte?
Tenía 18 años cuando, por casualidad, entré en una carpintería. Vi unos cuadros colgados en la pared y me vino una idea: ¿por qué no crear algo distinto, usando lo que tenía a mano? Tomé unas cucharas, las calenté y comencé a dibujar sobre un trozo de madera. Lo que salió me sorprendió. Al dueño de la carpintería también. Me miró a los ojos y me dijo que nunca había visto algo así, que tenía un talento especial. Y ahí empezó todo.
3. ¿Cómo influye tu identidad como Shuar en tu manera de crear?
Me inspira la Naturaleza, mi cultura, y el amor que Dios pone en mí. Pinto con el corazón, el alma y la mente como herramientas.
4. ¿Por qué elegiste la madera y los cubiertos calientes como tus herramientas principales?
Porque supe que era algo nunca antes hecho. Era una técnica nueva, mía, y eso me daba libertad y autenticidad.
5. ¿Cómo es tu proceso creativo, desde que surge la idea hasta que terminas la obra?
No pienso. Me dejo llevar por el instinto. Mi proceso es totalmente intuitivo, natural, como si la obra ya estuviera en la madera y yo solo la hiciera visible.
6. ¿Qué tipos de madera usas y por qué?
Uso maderas duras, resistentes a cualquier clima, pero de grosor fino para poder manejarlas mejor.
7. ¿Qué dificultades tiene trabajar con esta técnica tan inusual?
El calor, claro. Siempre hay riesgo de quemarse. Pero disfruto incluso de eso, porque me mantiene despierto, alerta. Y cada error es una oportunidad para mejorar.
8. ¿Alguna anécdota curiosa o accidente?
Ahora mismo no recuerdo ninguna en concreto… pero seguro que las hay.
9. ¿Qué elementos de la cosmovisión Shuar aparecen en tus obras?
Animales como jaguares, aves, serpientes... También árboles de nuestra selva, y siempre, escondido entre las ramas, el rostro de una mujer que veo en mis visiones. También dibujo figuras humanas: guerreros, chamanes, paisanos de mi comunidad. Todos ellos son parte del alma de mi pueblo. Y por encima de todo, está Dios, el gran motor de todas las creaciones, incluso las mías.
10. ¿Crees que el arte puede ser una forma de resistencia o preservación cultural?
Claro que sí. A través del arte defendemos nuestra visión del mundo y resistimos a la pérdida de nuestras raíces. El arte es nuestra voz cuando todo lo demás calla.
11. ¿Qué opinan los mayores de tu comunidad sobre tu trabajo?
Me dicen que es único, que transmite fuerza y vida. Aunque sea en blanco y negro, me dicen que mis cuadros laten.
12. ¿Hay alguna obra a la que tengas especial cariño?
Todas. Cada una es como un hijo. No puedo escoger.
13. ¿Qué te gustaría que sintiera el público al ver tu obra?
Quiero que escuchen a la Tierra. Que aprendan a mirar con todos los sentidos. Que sientan lo que normalmente no se ve, lo que sólo se percibe con el corazón.
14. ¿Cómo te imaginas como artista en unos años?
Quiero dejar un legado para mi comunidad… y para el mundo.
15. ¿Hay alguna técnica nueva que quieras explorar?
Más que técnica, me interesa seguir afinando mi forma de sentir y expresarme.
16. ¿Te gustaría exponer tus obras fuera de tu comunidad, incluso internacionalmente?
¡Por supuesto! Quiero que mis cuadros viajen por el mundo, que entren en museos y galerías, que lleven nuestro mensaje a todos los rincones.
17. ¿Qué te inspira en los días difíciles?
Dios. Él me habla directo al corazón y me da fuerza. Soy cristiano evangélico, y mi fe guía cada paso que doy. También en el arte.
18. ¿Qué consejo darías a un joven Shuar —o de cualquier parte del mundo— que quiera dedicarse al arte?
El arte es una forma de entregar tu alma al mundo. Les diría que exploren, que se expresen sin miedo y que compartan todo lo que sienten. El arte sana, conecta y transforma.
Gracias, Nanky, por esta entrevista tan profunda y luminosa. Desde Canarias Literaria te enviamos un fuerte abrazo y los mejores deseos para ti y tu comunidad Shuar. Que tus cuadros sigan cruzando fronteras, llevando con ellos la sabiduría ancestral, la fuerza de la selva y el grito necesario de amor por nuestro planeta, porque si la Tierra enferma, enfermamos todos.
Descubre a Nanky y su obra en su perfil de TikTok: https://www.tiktok.com/@nanky.arutam?_t=ZM-8vyCoO8qoab&_r=1
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