A la memoria del gran sabio cubano, Felipe Poey.

              (1799-1891)

-¡Ya llegué, ya llegué!

- ¡Holaaaaaa!¿Dónde están todos?

Aquella mañana nadie había sentido llegar a Torcaza Cabeciblanca... Ya hacía algún tiempo que ella con su familia habían tenido que irse del Palmar cercano a La Laguna donde vivía Tycho. Los humanos eran los responsables. Habían acabado con todo el palmiche y se habían quedado sin comida.

Torcaza Cabeciblanca es pariente de las  Palomas, es  grande, sus plumas son de un gris oscuro, con barras verdes y blancas en la nuca y en el cuello, pico blando y recto, patas rojas y mancha blanca que parece una corona que va desde la cabeza hasta  los ojos, el pico oscuro.

La amiga de Tycho estaba muy emocionada mirando nuevamente aquel lugar donde había nacido. Recordaba ahora  los buenos ratos que había pasado con sus padres, a Tycho y sus amigos... El rico palmiche, en fin, toda su infancia.

Pero, lo que no sabía T. Cabeciblanca era que ya Chipojo la había visto y como siempre de chismoso alertó a toda la laguna de su presencia.

Tycho fue el primero en llegar junto a ella. Fue un momento único donde los dos amigos abrieron sus alas y se abrazaron.

-Ahora estoy en un  lugar protegido, junto a nuevos amigos, tengo todo el palmiche que quiero; pero me faltan ustedes- decía Torcaza a Tycho- Te vengo a buscar para pasear un rato por la costa y llevarte al lugar donde vivo ahora.

Torcaza saludaba a todos.

-¿Y tienes suficiente comida allí? -preguntó Nenúfar preocupado.

Sí. El palmiche tengo que volar algo; pero en la costa tengo todos los frutos maduros de  guao de costa  que  quiera.

Como siempre,  Nenúfar advertía  a Tycho que tuvieran cuidado…

Emprendieron vuelo. Ya hacía algún tiempo que habían dejado atrás a La Laguna. Ahora sobrevolaban la Costa. Las torcazas tienen un vuelo sostenido y rápido. Poseen  mucha agilidad y tienen el sentido del oído y la vista, por eso divisó de lejos a Gavilán Batista y le dijo a Tycho: Mira allí: Es Gavilán Batista (Copete para sus amigos).

-Espera un momento Torcaza... Vamos a bajar a la Costa a saludar a Copete que está comiendo cangrejos. Hace mucho tiempo que no lo veo -dijo Tycho.

Como siempre Gavilán Batista se encontraba desguazando a un cangrejo. Su comida favorita.

-¡Ehhhh, Ehhhh....! -gritaba Tycho al tiempo que bajaban a la costa a saludar a su amigo.

-¿Qué haces aquí, Copete?

-Bueno tú me conoces. Soy un residente invernal. Tú sabes que vuelo toda la costa y aquí cerca de Guanahacabibes hay unos cangrejos que me gustan mucho.

-Bueno, pero dime tú ahora, ¿qué haces por aquí?

-T.Cabeciblanca fue hasta la Laguna a visitarnos y me invitó a conocer este lugar -le respondió Tycho.

Los tres amigos volaron un rato, recordando algunas travesuras….finalmente Tycho y Torcaza se despidieron de Copete y remontaron vuelo. Estuvieron algún rato sobrevolando el litoral  hasta que Cabeciblanca dijo:

-Bajemos Tycho, hemos llegado.

Nubila, la Iguana  estaba tumbada sobre las rocas, cogiendo el Sol. Sí, porque a las iguanas les gusta calentarse un ratico al Sol. Cuando vio acercarse a Torcaza y a su amigo.

Tycho preguntó: -¿Y ése que está ahí, quién es?

Ya  Nubila había visto a su amiga Cabeciblanca y se acercaba curiosa al ver a su compañero.

-Torcaza se reía porque Tycho no dejaba de preguntar. Era lógico, aquel lugar era nuevo para él.

Torcaza le presentaba a Tycho. Nubila al ver como la miraba el visitante, le preguntó:

-¿Soy muy fea, verdad?

A lo cual Tycho contestó: - Eres tú la que te ves fea, todos tenemos nuestros encantos. Además, eso no importa, ya veo que eres buena amiga de Torcaza y eso para mí  es suficiente. La amistad no está en ser bonito o feo.

Las iguanas viven en las costas, también pueden vivir en playas, manglares, hasta en el pedregoso diente de perro. Es el mayor lagarto de Cuba.

Tiene una cola larga y gruesa, ojos rojos, una piel que cuelga debajo del cuello llamada papada y una fila de espinas que van desde la espalda hasta la cola.  Es uno de los lagartos más grande del Caribe.

Contenta de ver a su amiga Torcaza, se puso a corretear por las rocas y a jugar con ellos, si porque son muy ligeras y trepan con gran facilidad.

En la cercanía, un caracol de concha globosa de color blanquecino y manchas marrones llamado  Cysti,  estaba mirándolo todo junto a   Jutia Carabalí, que se mantenía distante. Cysti no se separaba de ella ya que la conocía muy bien y sabía de lo que era capaz de hacer, le dijo:.

- Tranquila- le decía- espera a que Torcaza nos presente a su amigo.

Bahhhh…!,a mi que me importale daba por respuesta, Jutía Carabalí.

-Mira que eres. Pero te recuerdo que es amigo de nuestra amiga Torcaza que de bastantes apuros te ha sacado. Eres muy  mal agradecida ¡Ojalá algún día no te arrepientas de ser como eres! -le decía indignado Cysti.

Jutía Carabalí era distinta a su prima Mandiga.Aunque un poco más pequeña, era muy agresiva y poco sociable. Su cola casi es tan larga como su cuerpo,  la ayuda a siempre estar colgada de las ramas.

En ese momento, Torcaza se da cuenta de que Jutía y Cysti los estaban mirando.Entonces, le dijo a Tycho:

-Ven, que te voy a presentar algunos amigos.

-Este, es mi amigo Tycho. Es un Pato Huyuyo. Nos criamos juntos al igual que nuestros padres; pero como ya ustedes saben tuve que emigrar de allí. 

Tycho se sentía feliz junto a su amiga y respirando el aire marino que tanto le gustaba. 

-Este lugar es un paraíso…

En ese momento se acercaban algunas aves para ver a Tycho.   

-¡Holaaaa!-dijo Bien Te Veo y continuó- ¿qué están celebrando?

- Torcaza que nos está presentando a su amigo de la infancia, Tycho,el Huyuyo-respondió Cysti, el caracol.

-¡Bienvenido!-dijo Chillona 

-¡Uffff....!, al menos alguien me da la bienvenida -dijo Tycho bajito para no ser oído.

Torcaza los presentaba.

- Tycho éstos son: Chillona, Bien Te Veo, Toti, Pedorra, CarpinteroVerde.

-Vaya nombrecitos- dijo bajito Tycho para no ser oído.

 Bien- te-veo le dijo a Tycho: - Yo vengo todos los años y tengo muchos amigos. Tú vas a ver lo bien que te vas a sentir entre nosotros.

Estas palabras le hicieron recordar ahora a Tycho a sus amigos: Nenúfar, Guacho hasta al insoportable Chipojo.

Todos querían hablar a la vez... poco a poco se fueron calmando y cada uno le contaba a Tycho sus travesuras, anécdotas, en fin… Así pasaron largo rato hasta que empezó a ponerse el Sol.

Y llegó la noche…

 -Vamos Tycho, es hora de ir a un lugar que quiero que veas-dijo la amiga.

Ya llevaban un rato caminando cuando Tycho se quejaba: -No puedo seguir me duelen las paticas.

Era lógico el “diente de perro” es un suelo muy incómodo y pedregoso.

-Ya casi llegamos resiste un poco más-dijo la amiga.

En ese momento, Tycho sintió que algo pesado le había caído encima

-¡Pum....! Se oyó. Tycho pegó un grito. Algo le había caído arriba y era  pesado...

-¡Torcaza, Torcaza, ayúdame por favoooooor! -gritaba Tycho a todo dar.

-¿Qué te sucede!? -preguntó preocupada la amiga de Tycho.

-Algo me ha caído arriba...

-¡Ahhhh....! es Bufo-respondía Torcaza.

-¿Y quién es Bufo? -gritó Tycho otra vez.

-El Sapo más grande de todo Guanahacabibes -le aclaraba Torcaza- Le gusta la noche.

-¡Quítamelo, corre... Quítamelo de arriba...!

  Inmediatamente se oía Pof…Pof....Pof... Era Bufo que saltaba del lomo de Tycho…

-¡¡¡Ummmm….!!! ¡Qué grande y cabezón es...!

Bufo empezó a saltar y hacer piruetas, haciendo reír a Tycho y Torcaza. Al mismo tiempo que preguntaba:

-¿Qué sucede? ¿Es  que no me  vas a presentar a tan ilustre visitante?... -Sí, porque Bufo era un poco celoso con sus amistades.

Torcaza le presentó a Tycho. Y le comentó en voz bajita a Bufo la sorpresa que le tenía a Tycho, a lo cual él le respondió: -¿Puedo ir yo?

- Pero, tienes que portarte  bien. Estate tranquilo. Nada de saltadera.

Al poco rato, en medio de la noche, allí frente a ellos como esperándolos, estaba  un arbusto lleno de espinas largas, casi negras... y que sólo vivía allí…. Allí, estaba un cactus lleno de flores blancas…

- Pero, ¡¿cómoooo….?! -dijo Tycho asombrado.

- Si Tycho, florece de noche. Es un cactus. Se llama Harrisia y sólo crece aquí. Florece y fructifica todo el año.

-¡¡¡Ummmm....qué belleza!!!

No salía Tycho de su asombro cuando vieron que se acercaba un murciélago. 

-Y ahora, ¿qué sucede?

Pues, hay un murciélago que chupa el néctar de las flores de Harrisia  que así se llama este cactus, aquí la conocen como Pitahaya. Murciélago es un gran polinizador. Él liba sus flores nocturnas.

-¡¡¡Uffff…!!! No sabía que había murciélagos así. Es increíble que en estas piedras florezca unas flores tan bellas -exclamaba Tycho que estaba deslumbrado.

-No y lo fuerte que es. Resiste a los fuertes y violentos huracanes- aclaraba Bufo que se había portado muy tranquilo. 

La visita llegaba a su fin. Había sido un día para Tycho lleno de emociones y sorpresas.

En el regreso, todos se reunían en la costa, unos alzando las alas, otros correteando y saltando…

Tycho llevaba consigo una flor de Harrisia. No podía ocultar la alegría y la emoción de haber conocido nuevos amigos.

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