Las celebraciones festivas de los pueblos suelen aglutinar a vecinos y foráneos que acuden a las diversas convocatorias que el órgano en cuestión programa. Para quien no lo sepa, los actos en un programa de fiestas se preparan para que las personas acudan a disfrutar de ellos, de no ser así, no tendría sentido.
Las fiestas de Barrial, en honor a Nuestra Señora de Los Desamparados, que tienen su origen hace casi cincuenta años, uno de los actos más importantes y multitudinarios de las fiestas es La Rama, que desde tiempos remotos viene celebrándose bajo unos rasgos diferenciadores bastante enraizados con la forma de ser de los barrialenses y barrialensas. Uno de los vecinos que lleva más de tres décadas viviendo La Rama con total entrega y pasión es Tito González Suárez, que nació el 22 de noviembre de 1974 en Gáldar. Con el paso de los años Tito se ha convertido en uno de los iconos más importantes de la mencionada celebración festiva, en él recae la responsabilidad de lanzar el volador que da comienzo a la misma.
Desde que era un niño siempre quiso tener el honor de lanzar el volador, pero había dos personas que eran las responsables de lanzarlo, hasta que un año le llegó la oportunidad siendo un adolescente, lleva nada más y nada menos que más de tres décadas siendo el responsable de prender la mecha del cohete que da comienzo a La Rama.
La Rama tiene su propia personalidad, esto se debe mayormente a varios factores, por ejemplo; las camisetas amarillas como estandarte de la celebración, el agua que brindan los vecinos desde las azoteas y balcones de las viviendas, para refrescar a los fatigados danzarines, pero sin lugar a dudas, uno de los distintivos de la celebración es el grito de guerra, que año tras año se ha ido afianzando y en la actualidad retumba en la ansiada espera para la explosión del volador que da comienzo a La Rama, ese rugido popular y cariñoso no es otro que: “Tito cabrón, tira el volador”.
Tito creció en el seno de una familia humilde y muy trabajadora. Además de su madre, Francisca Suárez Vega, sus abuelos maternos, Eugenio Suárez Saavedra y Dolores Vega Godoy, también actuaron como padres en su cuidado y educación. Tras el fallecimiento de ellos, sigue manteniendo una vida familiar con su hermana Paqui y sus sobrinos Adexe, Aythami y Acorán quienes lo cuidan y arropan.
La vida de Tito ha transcurrido en Barrial, donde cursó sus estudios obligatorios, primero en las "escuelitas de Barrial" frente al estadio, y posteriormente, en el Colegio Roque Amagro.
Durante su adolescencia, Tito no lograba encontrar su sitio, como le pasa a muchos jóvenes y, fue cuando apareció en su vida D. José Rodríguez, más conocido como Pepe el de Kika. Este encuentro fue clave en la vida de Tito porque lo introdujo poco a poco en las actividades de la asociación de vecinos.
Sin lugar a dudas, Tito es una persona que está unida al movimiento vecinal, asociativo y festivo de Barrial, gracias a él y a su colaboración constante se han podido ejecutar muchos proyectos, además de ser muy conocido en Barrial por todos.
Por otro lado, no me puedo olvidar de la gran vinculación que tiene con el acto festivo más importante de las fiestas patronales de Barrial, porque me consta de primera mano que le enorgullece muchísimo ser el responsable de prender la mecha del volador que desata el jolgorio colectivo y da comienzo a la jornada más festiva de su barrio.
Por todo esto y más, el Ayto. de Gáldar y la A.V. “Amagro” de Barrial reconocieron su vinculación con el barrio y La Rama, con el descubrimiento de una placa en El Roque el pasado treinta de agosto, instantes antes que diera comienzo La Rama 2025, la cual atestiguará su vinculación con la mencionada celebración y el barrio, una placa que también dejará constancia de que cualquier gesto por simbólico que sea puede convertirse en el sentir festivo de un pueblo, un barrio, una comunidad, en definitiva, en el sentir festivo de Barrial y sus gentes.
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