Quienes nos lean, tendrán la oportunidad de conocer a una mujer que desde el primer día que la conocí me inspiró seguridad. Ella es Conchi Miranda Galván, nacida en el Puerto de Las Nieves, Agaete, Gran Canaria, en 1957. Ya desde niña le atraía muchísimo la lectura y también con una fuerte avidez la escritura y, en este caso, todo aquello que pudiese estar impregnado en gotas sugerentes de cuanto pudiese tener alguna relación con la magia y la fantasía. En ocasiones, sus silencios dan paso a esas ideas literarias, como también lo hace el teatro; otra de sus pasiones.
También, desde las primeras andanzas de su adolescencia siempre ha latido en ella una fuerte inclinación activista ligada al feminismo que la retrata de muchas maneras como una incansable luchadora por toda causa que dignifique a la mujer y la sitúe en el justo lugar que le corresponde.
Su actividad literaria ha sido en la mayoría de las ocasiones compartida en colaboraciones conjuntas con otros autores. En esta línea ha escrito cuentos, poesías, pensamientos y relatos, participando en tertulias, programas de radio, presencias en televisión, diversas y constantes actividades teatrales, siendo en este sentido considerada por quienes la conocen de cerca una excelente actriz. Hace unos pocos años que llegó a sorprendernos con la publicación de una excelente novela, Que sólo tú lo sepas, presentada con éxito en el Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria. Un ejercicio original y entretenido provisto de una madurez hasta cierto punto impropia de quien escribe y edita su primera historia novelada. En la actualidad trabaja, aparte de en otras opciones también relacionadas con la literatura, en su segundo trabajo novelístico, seguro que también templado con los colores mágicos y fantásticos que en sus trabajos se manifiestan de la forma más natural y espontánea.
Asimismo, he podido comprobar en los múltiples actos culturales a los que acudimos, que no sólo es una apasionada de la cultura: de igual modo lo es dando y recibiendo el cariño de familiares, amigos y compañeros de reparto.
Conchi Miranda es una enamorada de los paisajes costeros de la ciudad de Los Faicanes, por lo que decidí hacer una reserva en un buen restaurante de la Costa de Telde. Para la ocasión elegí el restaurante Perico Junior. Allí me conocían y pude solicitar una mesa tranquila, esa que se requiere para este tipo de ocasiones. Cuando llegamos, queridos lectores, sucedieron dos cosas: ya conocían a nuestra escritora, pues era clienta asidua y además, llevaba un ejemplar de su trabajo para dedicarlo al restaurante.
En cuanto nos tomaron nota, puse la grabadora en marcha y comenzaron todas esas preguntas que pondrían a nuestra escritora al descubierto, deseábamos saber todo sobre la vida literaria de nuestra invitada:
-¿Cómo comenzaste en el mundo de las letras?
-Desde muy pequeña me sentía atraída por la escritura, me entusiasmaba contar todo lo que me pasaba y mi manera de hacerlo era escribiendo.
-¿Cuáles han sido tus escritores preferidos?
-Oscar Wilde, Erich Fromn, Cecelia Ahern, fueron los primeros escritores que me hicieron disfrutar de la lectura, cada uno en sus diferentes estilos. Ya más adelante conociendo a otros escritores, tengo a mis preferidos, como a María Dueñas, Jose Juan Mujica Villegas, Elsa López…
-¿Tienes algún espacio o costumbre a la hora de escribir?
-Mi espacio es cualquier sitio tranquilo y silencioso, una de mis costumbres es que cuando me viene alguna idea que me sorprende, esté donde esté corro a buscar lápiz y papel para escribirla.
-¿Qué gozo te produce la escritura?
-La satisfacción de hacer algo que me gusta.
-¿Con el trabajo literario tienes metas, logros, ambiciones?...
-No me pongo metas, me gusta disfrutar de ese momento que comparto con la literatura y mis logros consisten en seguir aprendiendo de ella.
-¿Qué crees que le falta a la literatura en la sociedad actual?
-Más conocimiento y reconocimiento.
-¿Cuál es la lección más importante que te dio la literatura?
-Pues la lección que aprendí cuando llegué al mundo de la literatura fue que apenas sabía de ella y una vez ya dentro, veo lo mucho que me queda por aprender.
-¿Cuál es tu activo en la literatura?
-Leer a buenos escritores y disfrutar de sus obras, a nivel personal mi deseo es que quienes lean mi libro les lleguen buenas sensaciones.
-¿Estudias la obra que pretendes escribir y que tiempo tardas en ello?
-Sí, le doy bastantes vueltas a las ideas que me vienen, por eso tardo en terminarla, no me pongo límites con el tiempo, me gusta disfrutar de la escritura sin presiones.
-¿Cuándo decidiste escribir para publicar?
-La decisión de publicar mi libro la tuve desde siempre, porque todas las personas importantes de mi vida creían que lo tenía que hacer y consiguieron convencerme.
-¿Cuál es tu personaje favorito? ¿Lo repites en tus obras o creaciones?
-Mi personaje favorito es la Luna y aunque no la nombre en todo lo que escribo, de forma abstracta, siempre está.
-Dices que eres una verdadera enamorada del teatro. Explícanos sucintamente la causa o una de ellas que hacen que este manifiesto artístico propague dentro de ti la devoción que por él dices manifestar.
-Me parece admirable la capacidad que ofrece el teatro para exhibir hasta lo más impensable dentro del breve recinto que se reduce al espacio propuesto tan sólo por tres pequeñas paredes. El mundo entero y el universo cabrían sin duda alguna dentro de un libro o dentro de una película. Lo que me parece misterioso y admirable a la vez, es que todo eso tenga la posibilidad de caber tan sólo en el interior de un escenario.
He disfrutado mucho de nuestra conversación y estoy seguro que nuestros lectores también lo harán. Ahora jugaremos a “Nunca, nunca”, es un juego fresco, divertido y muy ameno. Debes contarnos lo que no harías nunca. ¡Comienza!:
-¡Cosas que nunca haría! Ja, ja, ja
Tirarme de un paracaídas.
Vivir en un castillo.
Circular en bicicleta por la rotonda del C.C. La Ballena.
Dejar de soñar.
-Por cierto: ¿tienes alguna anécdota literaria?
-Tengo un recuerdo imborrable de mi primer taller de literatura, sucedió el día que lo empezamos, la persona que lo impartía nos entregó un bolígrafo a cada uno de los participantes, diciendo que lo hacía para que todo lo que fuéramos a expresar durante el taller, lo hiciéramos por escrito y para decirnos esto utilizó una de las frases de la película Memorias de África, “ No me lo digas, escríbelo”
Hoy hemos podido conocer a Conchi Miranda Galván, una escritora, que además de todo lo que hemos podido descubrir, es una mujer: creadora, soñadora, vibrante y activa. Muy activa.
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