La trevina flor silvestre
crece en cualquier parte
a la orilla del camino
y desde el sendero mirarte.
Autóctona de nuestras islas
te recuerda con su arte
que te fijes siempre en ella
parece que quiere hablarte.
Es sencilla su apariencia
su amarillo quiere honrarte
creciendo muy viva y fresca
dispuesta siempre alegrarte.
Pasas cerca y la contemplas
te agachas y quiere tocarte
y con su lindo color
solo puede cautivarte.