Mi último encuentro con Virginia Woolf de Maca Martinón

En mi última incursión a una librería –remota y en el interior de un museo- encontré un libro titulado Memorias de una novelista de la gran Virginia Woolf. Este hallazgo –por azar- representó para mí un inmenso placer porque entre el maremágnum de libros apareció este del que me enamoré al verlo con su particular olor y su pequeño y delicado formato –un envoltorio de cartulina granulada semejante al entelado, un papel suave y grueso, y unas letras redondas sobre un blanco blanco-.

El derby de Asunción Cívicos Juárez

Cuando mi mirada repara en ella por primera vez, está sola, pegada a la barra del bar y dando mordiscos voraces a un bocata. De jamón, intuyo. Come de manera compulsiva en modo intento vano de llenar el vacío de su vida y bebe a sorbos tragos de soledad y aburrimiento que se mezclan con los sueños que dejó por el camino, aunque la cañita circundada de rayas pintadas, transporta hasta su garganta un consolador y refrescante líquido. 

La escritora y el árbol de Isa Hdez

Alma deseaba escribir el libro de sus sueños, derrochar palabras bellas y contar en él los entresijos de su mente, pero no sabía con certeza si eran quimeras o historias reales vividas con anterioridad. Cuando paseaba por el parque le gustaba contemplar los árboles y enumeraba los diferentes ejemplares. Observaba los que florecían y las distintas tonalidades de verdes.