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Maca Martinón

 

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Aún conmovida tras la lectura de La tuerta de María del Mar Rodríguez, me apresuro a escribir mi impresión con el ánimo de transmitirles a ustedes mi admiración por esta magistral novela y con la esperanza de que la lean.

Esta es una novela en la que se hace justicia. Justicia al mostrarnos con valentía y desparpajo la vida de un grupo de mujeres que en los años cuarenta, tiempos de soledad, hambre y penurias, fueron  humilladas  y obligadas a vender su cuerpo ante la necesidad  de alimentar a su familia,  en una sociedad cuyos gobernantes fascistas iban bajo palio y defendían hipócritamente la pureza y la honradez de las mujeres mientras permitían la proliferación de los burdeles.

Siguen resonando en mí las palabras, los gestos, el miedo y los anhelos de Maruja, Margarita, Nieves, Teresa y Candelaria. De Amelia, Concha y Pura. Protagonistas de una historia que se desarrolla en Tenerife entre los años 1946 y 1947.

María del Mar Rodríguez se revela como una prosista admirable gracias a la prodigiosa habilidad para engarzar los sucesos que van conformando el relato que avanza intenso y apasionado. Como en toda buena obra no sólo importa el qué sino el cómo. Y el lenguaje de La tuerta es fresco y ágil con el que nos enseña sin miramientos la fealdad de la brutal realidad de sus protagonistas. Con una hondura psicológica extraordinaria concibe unas criaturas de carne y hueso, contradictorias, humilladas pero con coraje y dignidad. De manera que lloramos con ellas, nos asustamos como ellas y tememos los mismos peligros que las acechan continuamente. Un lenguaje descarnado y descarado, el de los diálogos que oímos cuajados de insultos y palabras soeces, que lo dice todo acerca de cómo eran tratadas las mujeres. Y a pesar de esa fealdad, la novela expele la belleza  de la amistad y de la solidaridad, la hermosura del amor y el lirismo.

La autora abre en canal la sociedad de esos años para mostrarnos la podredumbre de las instituciones, la inmoralidad de los que detentaban el poder. Una época en que los que ganaron la guerra se ensañaron con los perdedores que sufrieron la cárcel y las torturas por defender sus ideas y la libertad.

Su narrativa nos cautiva desde el primer capítulo y nos lleva sin resuello a través de las historias de las mujeres a cada cual más pobre y hambrienta. Víctimas y con la conciencia de que lo importante era estar vivas. Y mantenerse vivas a pesar de la miseria y la indigencia. Al final se vislumbra un atisbo de esperanza para ellas porque de lo contrario no hubiera tenido sentido tanto sacrificio y sufrimiento.

Qué necesitadas estamos las canarias y los canarios de relatos como éste que nos narren la Historia, la que no han querido contarnos.

Admiro la valentía de María del Mar Rodríguez por dar voz a las mujeres olvidadas, a las rojas, a las que inhabilitaron como maestras, a las que tuvieron que vender su cuerpo para darles de comer a sus hijos. Y cómo nos complacen estas historias cosidas a la literatura y al cine.

Mi admiración total a María del Mar Rodríguez por este excelente libro. En la estela de las grandes novelas de escritoras canarias como son Finis mare de Felicidad Batista, La sorriba de Cecilia Domínguez, El ruido de las preguntas de Fátima Martín y Felisa en su mudanza de Candelaria Pérez Galván.

 

La novela La tuerta es la segunda –la primera es La prestamista de tres obras que conforman “Relatos de unas islas desamparadas”.  Esperamos impacientes que salga la tercera novela.

 

MARÍA DEL MAR RODRÍGUEZ. LA TUERTA. EDICIONES BAILE DEL SOL, 2023.