Tania Ramos Morales
Tania Ramos Morales

            …   ¡A la Naturaleza!

           …  ¡Al medio ambiente!

<<…Hay alguno en la sombra que no me ama…Ay! nunca se conmueve, nunca se apiada …>>

                Mercedes Matamoros.

               

- ¡Nenúfar, Nenúfar!, Al fin he llegado…!

Llegaba gritando a La Laguna Martín Pescador, un ave graciosa y de tamaño mediano, de color azul ceniciento con una cresta de color gris grisácea como unos pinchos. Siempre parece que está despeinado. Se veía cansado. Arribaba a Cuba en otoño y se quedaba hasta la primavera. Es en Cuba un residente de invierno.  Luego se vuelve al norte a criar.

- ¡Ufff…!, ¡qué cansado estoy! - ¡Cómo he tenido que volar hasta aquí! -decía al llegar a la Laguna.

    Nenúfar que lucía esplendoroso entre sus hojas grandes, carnosas y con todos sus pétalos abiertos, le respondía lleno de alegría:

- ¡Qué bien se ve que quedó atrás el verano! ¡Bienvenido, amigo!

     M.P. le preguntaba:

-Dime, ¿Cómo has estado? ¿Dónde están los demás?

    Tycho, el huyuyo que lo había visto y oído todo se acercó a saludarlo:

-Ya te estábamos esperando. En cuanto descanses daremos un paseo.

-Creo que no podré descansar. Tengo mucha hambre, mi querido amigo.

    Cerca de allí se encontraba Chipojo que lo había visto y oído todo y como siempre empezaba a quejarse:

- ¡Ufff…!¡Ahora sí, este M. Pescador con el hambre que tiene de tanto volar acabará con los peces de La Laguna …

Pero no fue así…

    Nuestros amigos que no habían visto a Chipojo continuaban conversando. El huyuyo  ponía al tanto a su amigo invernante de lo que había pasado en el monte durante su ausencia ,también le decía de la presencia de Ñico y su nieto Guacho que era algo inquieto y esto lo tenía muy preocupado.

    M.Pescador ante la preocupación de Tycho le decía:

-Pero ¿Por qué te preocupas tanto?

-Todo parece que se van a quedar aquí, por los alrededores de la Laguna-decía Tycho -y continuó- No sé si Guacho cuida del medio ambiente; ¡y a Ñico no le gustan las lechuzas! Lo vamos a vigilar de cerca .Ya tengo en alerta a todos…

-Bueno, se les vigila de cerca como dices y si hacen algo malo se les llama la atención, así que no te preocupes tanto …y acompáñame a saludar a los demás y a buscar comida, pues necesito comer bastante, he volado durante horas y tengo que recuperar fuerzas.

    Sí, porque nuestro visitante devoraba gran cantidad de peces con su pico parecido al de un pájaro carpintero y en la Laguna no quedaban muchos.

    Se despedían de Nenúfar y emprendían vuelo hacia la costa.

    En la Laguna se quedaba Nenúfar preocupado porque los paseos de Tycho lo inquietaban por sus travesuras; pero esta vez no dijo nada, iba acompañado de un buen amigo.

…Al llegar a la costa Pelícano Pardo los recibía con mucha alegría y dirigiéndose a M.P. abrió su inmenso pico, diciendo:

- ¡Qué buenoooo que ya llegaste! Vamos a pescar.

M.P. miró a Tycho y éste asintió con la cabeza al tiempo que decía:

- Los esperaré aquí.

El huyuyo veía como los amigos unidos ahora por la emigración se alejaban. Por su parte él siempre que se encontraba en la costa, batía sus alas en señal de satisfacción. No había notado que Torcaza se acercaba.

-Oye, Tycho, ¿Dicen que M. Pescador llegó? -dijo Torcaza.

-Sí, mira allí va con Pelícano-le respondió enseguida.

    Torcaza empezó a gritar loca de alegría:

- ¡Hey, Heyyyyy!... espérenme.

    Tycho mirando al mar, recordaba ahora los días en que ayudó a salvar las tortuguitas de los malvados cazadores…

Se preguntaba:

- ¿A qué costa estarían arribando ahora? -Una vez más recordaba que no sólo las aves migraban.

…Un sonido a revoloteo lo sacaba de sus pensamientos. Venía de los Matorrales del Yaná…

- ¡Tycho, Tycho, ayúdame! -decía una voz muy débil.

- ¿Quién es? ¿Quién está ahí? -preguntaba Tycho.

-Aquí-respondió la voz.

- ¡Ummm…! ¿Pero qué haces aquí?

- ¡Huyendo de Guacho que me quería cazar para su colección de mariposas…y me escondí aquí…y me he enterrado una espina del Yaná en un ala, no puedo volar!

    Se trataba de Agarithe, la Mariposa del monte cubano, prima de Avellaneda. Sus colores al igual que su pariente eran muy bonitos y que al tratar de entrar en el Yaná se enterró una espina en una de las alitas…

-Pero, ¿ cómo te has metido en este matorral costero tan espinoso como es el Yaná? -pregunta Tycho desesperado.

     La mariposa apenas podía responderle a Tycho por el dolor….

     De pronto:

- ¡Ay, Ayyyyyy!; gritaba Tycho ahora.

- ¿Qué te sucedió? -preguntó Agarithe preocupada.

-Pues me enterrado yo también una espina.

…Mientras tanto, M.P, Torcaza y Pelícano buscaban desesperados a lo largo de la costa a Tycho, gritando:

- ¡Tycho, Tychooooo, responde! ¿Dónde estás?

    M.P que volaba muy rápido, tan rápido que se hacía una mancha de color azul en la lejanía recorría el tramo de costa una y otra vez, hasta que lo vio. Voló rápido hacia él.

- ¿Qué te ha sucedido? ¿Por qué te metiste en el Yaná?

-Agarithe está atrapada. No puede volar y para colmo de males yo me he enterrado en la patica una espina también.

Agarithe se lamentaba:

-Ahora sí que estamos bien!

M.P intervino:

-Tranquilos, no se desesperen. Voy a avisarles a Pelícano y a Torcaza que están muy preocupados. Algo se nos ocurrirá. Vengo enseguida.

En ese momento Chipojo que asomaba su cabeza entre unas rocas cercanas, se acercó.

- ¿Qué les sucede? -preguntó.

Tycho le cuenta y le pide ayuda.

    Pero…Chipojo era muy envidioso. Envidiaba a Tycho porque además de ser el más vistoso de los patos cubanos, todos lo querían y Agarithe por sus colores y belleza.

- ¡Bahhhh! -le respondió y continúo-siempre te estás metiendo en problemas, ¿quién te mandó? No es asunto tuyo.

-Te equivocas-repostó Tycho-. Todos vivimos aquí. Y todos debemos cuidarnos y cuidar de la naturaleza, Agarithe no se metió en problemas, la querían cazar, estaba huyendo…y con la misma le dijo muy enfadado:

- ¡Algún día te llegará la tuya!

-Lo dudo…Arréglenselas como puedan. Y alejándose le gritaba:

-No me digas más Chipojo. Mi nombre es Agnolis.

     Y a burlándose volvía a gritar:

- Ahhh!, ¡y les deseo mucha suerte…!

    También no muy lejos de allí, Guacho lo había visto y oído todo, y al ver la unión de los amigos se alejaba pensando:

- ¡La próxima vez no te me escaparás, Agarithe…!

    Por su parte M.Pescador que le había avisado a Pelícano y Torcaza llegaban al Yaná. M.P. fue el primero en hablar:

-Mi vuelo es muy rápido. Alguien encontraré que nos ayude.

    No tuvo que volar mucho. Zunzún se encontraba cerca. Recordemos que es el ave más pequeña que existe, y vuela como ninguna otra ave puede hacerlo.

     Con su fino pico enseguida le extrajo la espina a Tycho, se introdujo en el Yaná e hizo lo mismo con Agarithe, afortunadamente, esta es más pequeña que Avellaneda por lo que Zunzún la pudo coger con el pico y sacarla del Yaná. Con mucho cuidado la depositó en una roca cercana y con misma se despedía de nuestros amigos muy alegre:

-Bueno, amigos me voy. ¡Tengo que seguir polinizando!

- ¡Gracias, Zunzún! - gritaban todos a coro.

      Chipojo desde lejos los observaba y mascullaba verde por naturaleza, pero más verde de envidia:

- ¡Qué suerte tienen! Pero no siempre será así…

… ¡Qué lejos estaba de imaginar que lo que le sucedería días más tarde, a él también le esperaba la suya…

 Pero volvamos a nuestros amigos…

Al poco rato Agarithe volaba, aunque todavía con dolor en la alita… que le había causado la dichosa espina.

M.P la veía y no podía ocultar la alegría que le daba estar con sus amigos…

    Al rato, regresaba con Tycho a la Laguna convencido una vez más, que valía la pena volar durante días una vez al año, para saludar y compartir en las buenas y en las malas, la amistad.

Al llegar le contaban a Nenúfar lo sucedido y este muy; pero que muy enfadado dijo:

-Hay que darle una gran lección a Guacho, que es eso de estar cazando mariposas ¿?¡!A la naturaleza hay que cuidarla mucho; pero mucho, las mariposas también cumplen su función…y hay que protegerlas…

    Estuvieron muchos días juntos, jugando, volando; pero llegaba la hora de la despedida, y nuestro amigo visitante tenía que volver al norte a criar.

    Martín Pescador prometía volver el próximo invierno y contarles a sus amigos de la Laguna y de las costas cubanas sus aventuras…Emprendía vuelo rápido como sólo él lo hace a través del viento, a través del mar…

    Un grupo de golondrinas azules lo acompañaban en su despedida.