La verdad que vivir al borde de la locura es tan tranquilo...

Es como tener hambre y terminar casi tragando las noches sin luna.

Es como abrir rocas para sentirte despierto.

Más, lo que más deseo de mi locura, es terminar desparramado por tus besos.

Alimentándome de tu ensalitrada charca con la locura de mi boca.

Y que diluvien de púrpura las blancas estrellas.

Y te miro… 

Te miro tras tu primer milagro.

Y atando la hebra que reverbera bajo las aguas,

te digo que hoy reviento las maletas llenas de suicidios.

Que se acabaron las polillas de mi carcomida mente.

Como los caminos de infiernos sin estaciones

aunque las campanas sigan tañendo.

Hoy solo mis ganas llevan tu nombre.

Hoy mis ganas desean amarte en la orilla.

Hoy por fin se que eres mía.

Hoy por fin se que soy el único amor que ama tu vida.